miércoles, 6 de febrero de 2008

la señora de la limpieza

Normalmente suelo saludar a la gente. Es una costumbre que me inculcaron desde niño: siempre saludar. Desde hace un par de años ya no sólo saludo, sino que suelo saludar y acompañar el saludo de un chascarrillo.
Por la oficina, a eso de las 20.00 horas suele pasar una señora de la limpieza. Una señora de unos 50 años de raza negra. Normalmente pasa como una sombra. Uno está trabajando y pasa ella entre la gente removiendo los papeles, pasando el paño, vaciando las papeleras, etc. Nadie la mira, ni le habla. Pero yo, pesado como yo solo, la saludo y le suelto un chascarrillo (sin ningún afán ofensivo, normalmente le hago una broma sobre alguno de mis compañeros). ¿Cuál es su reacción? Ni me mira. Me ignora totalmente. Así que he tomado una decisión. Yo tampoco la voy a volver a saludar ni decir nada.

Dejo una cancioncilla que me gusta mucho

2 comentarios:

nhf dijo...

Tu decisión me parece muy correcta. Yo estoy en una fase similar en la que a las personas les doy dos o tres oportunidades, y si la respuesta no es satisfactoria paso a la indiferencia.
No merece la pena dedicar esfuerzos ni recursos a ese tipo de personas.

Esteban dijo...

Pero eso si, no vayas a llegar a tirar un vaso de plástico a sus pies eh? :D

Igual, no se, no te entiende, o no te oye, pero no es por defender a nadie. Hay gente que trabaja en el edificio donde lo hago yo que te miran con cara de "y este por qué intenta contactar verbalmente conmigo??".

Ya se sabe, que hay de todo.